jueves, 21 de febrero de 2008

Carenciados

Carencias de fe ciega
Voluptuosidad de optimisas velas
que arden para un fuego de santos
inocentes de toda piedad.
Piden limosnas de sosiego y
cobijo de mantas agujereadas.
¿Es el yeso màs fuerte que la voluntad?
Ofrendas de incienso humeante
entre ruinas de un futuro màs
incierto que sus propias divinidades.
Y aquì yace la fe en inmortal reposo de
mortajas entregadas al abandono frugal
en tibias sàbanas.
No necesitas la misericordia de un dios
que no escucha clamores de paz
ni engrosar la lista de los desdichados
sumàndote a una marcha interminable
de rodillas ensangrentadas cuando
tiranos mediocres, regodeantes de amor
propio, te lo dan como ùnica alternativa.
El rezo perdió el espíritu de su fundamento.
Ni sollozos abruptos, ni manos temblorosas y
elevadas harán que el cielo trensforme su
abovedada áurea gaseosa
en estado divino.
El interior de tu escrupuloso ser se encoge
en veneraciones vanas y se retuerce adormecido.
No hay sensación más placentera que despierte
al más angustiante de tus sueños,
sino flagelaciones merecidas para
purgar errores pasados y venideros.
Santifica tu alma en el sufrimiento
mientras otros creen merecer
la soberanía de un injusto reino.

1 comentario:

Anónimo dijo...

querida Gabi que bueno es leerte besos celia sipes + ivana